POR.- RAÚL GÓMEZ MIGUEL
La Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de Educación Superior (ANUIES), determinó el establecimiento de barreras físicas, tecnológicas y humanas para evitar que los campos universitarios caigan en manos de la delincuencia organizada y la inseguridad ciudadana circundante.
Poniendo manos a la obra, ANUIES generó e exhortó a la distribución del Manual de Seguridad para Instituciones de Educación Superior entre sus agremiados, donde se resumen una serie de protocolos de protección para las comunidades universitarias del país.
Los lineamientos expuestos en el documento tienen el aval de la Secretaría de Seguridad Pública, y se destacan: la realización de “operativos especiales para detectar y detener el narcomenudeo” al interior de las instituciones; el personal de vigilancia tendrá la facultad de solicitar la “revisión de mochilas”; y el impulso a la denuncia anónima
Por otra parte, ANUIES insiste en que sea la SSP quien entrene al personal de seguridad de las universidades.
El documento, de 70 cuartillas, contiene recomendaciones y sugerencias para crear, al menos, ocho protocolos con los cuales los estudiantes, académicos, investigadores y trabajadores puedan hacer frente a diferentes eventos delictivos o violencia.
Entre otros plantea hacer simulacros para que sepan cómo actuar en caso de que ocurran enfrentamientos con armas de fuego, despliegues de fuerzas policíacas al interior de las instituciones, amenazas por artefactos explosivos, robo, venta de drogas, portación de armas, secuestro, extorsión, asesinato y acoso o abuso sexual.
En suma, se reconoce el arribo brutal de la realidad cotidiana a los espacios en que se preserva el conocimiento, la diversidad y el futuro profesional de México.
La idea es que las universidades, después de efectuar los cambios apropiados, puedan en el mes de mayo próximo comenzar la implementación de este blindaje que se trabajará en seis aspectos fundamentales: la operación de credencialización, capacitación del personal de seguridad, controlar los accesos a las universidades e instituciones, generar un sistema de comunicación interna, elaborar y difundir los protocolos e integrar comités o consejos de seguridad.
La seguridad de los planteles deberá garantizarse con el establecimiento de casetas de control, torniquetes o sistemas de acceso electrónico, además de contar con un sistema de cámaras o circuito cerrado; alarmas y altavoces, detectores de metal y unidades móviles para el patrullaje.
El documento de los rectores también sugiere crear un consejo o comité de seguridad y realizar diagnósticos que recojan el índice de delitos y violencia al interior de las universidades, por lo que el manual hasta ahora, excluye información estadística sobre los delitos.
La Secretarías de Seguridad y Educación Públicas aseguran respaldar a la ANUIES y facilitar los recursos financieros, materiales y humanos a modo que las metas inmediatas y de largo plazo de este blindaje universitario ocurran.
Esto, por supuesto, no quita la tristeza y la humillación de contemplar como los pocos espacios seguros de nuestra sociedad son engullidos por la brutalidad expuesta en cada uno de los bandos en conflicto de esta mal nacida guerra perdida.
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