lunes, 12 de diciembre de 2011

MALA LECHE: LOS PEÑA NIETO Y LAS RELACIONES PÚBLICAS

POR.- EL DODO DE LA MALA LECHE

¿Para qué les pagan a los publirrelacionistas de Enrique Peña Nieto y de su hija, Paulina Peña Pretelini?.

De haber hecho su trabajo, dos celestiales idioteces, propias del menester público, no hubieran crecido a lo idiota.

Durante su participación como ponente en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara, Enrique Peña Nieto, precandidato del PRI a la presidencia de México, confundió los autores y olvidó títulos de los libros que han “marcado” su vida.

El priísta ofreció la conferencia magistral denominada “Por un acuerdo nacional para impulsar el desarrollo”, y habló de su libro México, la gran esperanza.

Antes, el ex gobernador del Estado de México había comentado que durante su adolescencia leyó mucho La Biblia, “no hablo de haberla leído toda, pero sí algunos pasajes”, para luego asegurar que La silla del águila había sido escrita por Enrique Krauze, en lugar de Carlos Fuentes.

El político mexiquense no pudo completar al hilo la lista de tres lecturas que han influido en su vida, aunque comentó que le gustaba la novela política y la novela histórica.

“Leí algo que seguramente en mi vocación por la política alentaba ese espíritu. Fueron varios libros, algunos, La silla del águila, de Krauze... y hay otro libro de él que quiero recordar el nombre sobre caudillos, no recuerdo el título exacto, estamos hablando de la descripción que él hace del México y de cómo transitamos del México de los caudillos al México institucional y creo que además, el gran sustento histórico, fue un libro que me gustó.”

Durante varios minutos el priísta trató de recordar más títulos, pero no pudo, incluso pidió ayuda a los asistentes.

Tras la pifia, algunos periodistas le citaron títulos, pero no escuchaba lo que le decían, así que sólo se limitó a comentar que le gustó un libro de Enrique Serna sobre Antonio López de Santa Anna –sin citar el título– y otro llamado La hija pródiga, sin mencionar a su autor.

Remató al opinar que Morelos “para mí ha sido el personaje emblemático y más relevante de este pasaje de nuestra historia”.

Más tarde, a través de su cuenta de Twitter, el aspirante priísta trató de enmendar su error, lo que sólo sirvió para que los cibernautas hicieran más bromas al respecto.

Por supuesto, que la mayoría de los “críticos” de la escasa cultura bibliográfica del grillo tricolor tampoco han leído más libros, que el burlado. Sin embargo, para eso están los expertos en Relaciones Públicas, para que preparen al susodicho antes de meterlo en la arena intelectualoide común a las ferias librescas.

Redondeando el resbalón, la cuenta de Paulina Peña Pretelini en Twitter desapareció luego estar en el ojo del huracán por difundir en su perfil un comentario de José Luis Torre donde juzgó de “pendejos” a las personas que “critican a quien envidian”.

El texto del mensaje era: “Un saludo a la bola de pendejos, que forman parte de la prole y solo critican a quien envidian!”

A través de su cuenta @Pau_95Pena el retweet a @JojoTorre fue registrado a las 00:38 horas de la madrugada del 5 diciembre, aspecto que desencadenó en una serie de reacciones por parte de la comunidad tuitera.

El hashtag #SoyProle y la mención de Paulina Peña comenzaron a circular abundantemente hasta llegar a ser Trending Topic en México y horas más tarde tanto la cuenta de @Pau_95Pena como la de @JojoTorre desaparecieron del registro de la red social.

Cabe mencionar que la cuenta de Paulina fue la primera en seguir la de Enrique Peña Nieto @EPN.

E insistimos ¿dónde quedó el asesoramiento profesional a todas las personas vinculadas directamente a Peña Nieto a fin de evitar incidentes estúpidos que sólo ponen en entredicho la seriedad del equipo de comunicación social detrás del priísta?.

¿De nada sirvió el pésimo precedente del ex presidente Vicente Fox cuando le atribuyó a Jorge Luis Borges el haber ganado el premio Nobel, confundiendo el apellido, pronunciándolo “Borgues”?.

Antes, en 2007, confundió la nacionalidad del peruano Mario Vargas Llosa, al calificarlo de “el Nobel colombiano”.

Admitamos que a la grilla autóctona le viene guanga la exquisitez profunda, pero, precisamente, por ello contratan personal capacitado en arreglar estos deslices, desgraciadamente, ni cómo ayudar ante las evidencias de errores operativos de primero de kinder.

Y eso de pedir disculpas y dar justificaciones que nadie pidió tampoco es eficiencia profesional.

Burros y burreros son la misma madre.

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