sábado, 5 de noviembre de 2011

DESDE EL PANTANO: UNA PRESEA Y UN GANADOR CHAFAS

POR.- EL OGRO

El patriarca del chaquetazo ideológico contemporáneo va viento popa consiguiendo las condecoraciones de una carrera grilla distinguida por el arribismo y la terquedad a aceptar que, desde hace varios sexenios, el tren presidencial lo dejó plantado en la estación, previo arreglo en lo oscurito.

En un país, donde la historia carece de memoria y tamaño, de viejo se viene levantando un monumento a la falsedad del mesianismo y la redención, en la figura totémica de uno de los cachorros distinguidos de aquello mal llamado “revolución”.

El jueves 27 de octubre de 2011, en una ceremonia solemne en la antigua sede del Senado de la República, en la casona de Xicoténcatl, el ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas fue distinguido con la medalla Belisario Domínguez.

Ante el presidente de México Felipe Calderón; el jefe de Gobierno del DF, Marcelo Ebrard; el gobernador de Michoacán, Leonel Godoy, y los presidentes de la Cámara de Diputados y del Senado, Emilio Chuayffet y José González Morfin, Cuauhtémoc Cárdenas dijo que recibía la condecoración “sin falsa modestia” a nombre de quienes han luchado por la soberanía, la democracia, la igualdad y la justicia.

En su discurso, el ex candidato presidencial criticó los niveles de violencia en el país y pidió el retiro del Ejército de las calles, además llamó a los candidatos presidenciales a construir un pacto.

Delante del presidente Felipe Calderón, Cárdenas advirtió que las acciones contra el crimen son insuficientes y que no basta el enfrentamiento directo ni la captura de cabecillas".

El fundador del Partido de la Revolución Democrática criticó la situación actual de México, de la que dijo “es insoportable e inadmisible"

"Éste no es el México que queremos ni es el destino fatal de la patria", dijo.

Cárdenas recordó a los 600 luchadores sociales caídos entre 1988 y 1997, "cuyos crímenes permanecen impunes y a quienes sólo se puede honrar manteniéndose firmes en la lucha de las causas a las que ellos entregaron sus vidas".

Al acto acudieron como invitados el presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, Juan Silva Meza; la esposa del presidente Calderón, Margarita Zavala; el secretario de Gobernación, Francisco Blake; el jefe de Gobierno del Distrito Federal, Marcelo Ebrard y el presidente nacional del PRD, Jesús Zambrano.

En los días que corren, honestamente, la presea Belisario Domínguez ya perdió bastante lustre, a causa de la escasa altura política de quien la otorga y de las abolladas trayectorias de los fulanos a los que rescata.

No obstante, es simbólico a la mala constatar que cuando México urge de verdaderas posturas críticas, activas y reivindicativas, los improbables héroes de la insurrección con permiso desfilen aceptando compensaciones que cualquiera medianamente comprometido rechazaría.

Como en l968, 1988 y el bolón de años que se le pongan, Cárdenas, el junior, está ahí dando el respaldo al sistema podrido que lo ha bendecido.

Si el punto fue recordar a los combatientes caídos por la democracia, mejor hubieran elegido a otro, que este en corto dejo ver las intenciones de postularse por enésima ocasión para la presidencia de esta ficción emplumada.

Güey uno por tratar de ser congruente entre el decir y el hacer.

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