sábado, 24 de septiembre de 2011

ASUNTOS EXTRANJEROS: BERRINCHES CHINOS

POR.- RAÚL GÓMEZ MIGUEL

El gobierno de China criticó el sábado 10 de septiembre de 2011 la reunión del presidente de México, Felipe Calderón, con el Dalai Lama al considerarla un acto de interferencia con los asuntos internos de China y afectó las relaciones entre ambas naciones.

El comunicado del Ministerio del Exterior de China llegó un día después de que el presidente Calderón se reunió en privado con el líder espiritual, galardonado con el Premio Nobel de la Paz, quien se encontraba en México para hablar en una conferencia sobre la paz como la base de la felicidad.

China había solicitado a México que no se llevara a cabo el encuentro del viernes y advirtió que de hacerlo estaría afectando las relaciones entre ambos países.

Luego del encuentro del Dalai Lama de 45 minutos con Calderón, el gobierno de Beijing informó que el Ministerio del Exterior y la Embajada de China presentaron objeciones ante representantes de México en Beijing y en la capital mexicana.

"Esto (el encuentro) interfirió de una manera grosera los asuntos internos de China, lastimó los sentimientos del pueblo chino y dañó las relaciones chino-mexicanas", afirmó el ministro del Exterior de China, Ma Zhaoxu, en un comunicado.

"Exigimos que el gobierno de México adopte medidas para eliminar el impacto negativo y salvaguardar el estable y firme desarrollo de las relaciones chino-mexicanas", agregó Ma.

Por su parte, en un escueto comunicado de la Presidencia de la República, se señala que en el marco del encuentro entre el Dalai Lama y el presidente de México, "el primer mandatario reiteró el apego del gobierno de México al principio de 'una sola China' y el reconocimiento de la plena soberanía de la República Popular China sobre la Región Autónoma del Tíbet".

China considera al Dalai Lama a un líder separatista que pretende poner fin al gobierno de China sobre el Tíbet. Por su parte, el Dalai Lama asegura que sólo quiere un cierto nivel de autonomía para el Tíbet.

En su visita, el Dalai Lama también se reunió con el ex presidente de México Vicente Fox, de acuerdo con una información publicada por el autoproclamado gobierno en el exilio del Tíbet en su portal de Internet.

En su momento, China le devolverá el golpe diplomático a México, principalmente, como una acción defensiva ante la posibilidad que otras naciones se unan al llamado permanente del Dalai Lama para que el Tibet alcance el status independiente que en alguna vez gozó.

El sopla mocos no debe de entenderse más allá de las habituales fricciones en las relaciones internacionales. A pesar del tono imperativo chino, esa nación admite la importancia comercial de los mexicanos, sin embargo, las formas tienen que prevalecer.

Considerando la tibieza del gobierno de Felipe Calderón en materia de política exterior, el gesto, aunque impactante para cierto sector social, no refleja la prioridad (si es que existe) de la actividad diplomática mexicana.

Vamos, era una cuestión ríspida esperada, que dio a un evento intrascendente, un matiz de tensión a causa de la tirria que el Dalai Lama genera en la cúpula del Estado chino. Nada más y nada menos.

Que no se piense en Calderón o Vicente Fox como paladines de causas, que primero tendrían que entender.

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