lunes, 8 de agosto de 2011

ASUNTOS EXTRANJEROS: EL NEGRITO EN EL ARROZ

POR.- RAÚL GÓMEZ MIGUEL

Como es de todos sabido, el martes 2 de agosto de 2001, el presidente Barack Obama promulgó este martes el acuerdo que aumenta el techo de la deuda y puso fin a la posibilidad de que Estados Unidos entre en cesación de pagos, poco menos de dos horas después de que fuera aprobado por el Senado, informó la Casa Blanca.

De esta manera se puso fin a los ocho meses de duras negociaciones entre el Partido Republicano y el Partido Demócrata para facilitar a la administración Obama recursos indispensables en la conclusión del periodo presidencial.

El proyecto fue aprobado por 74 votos a 26 en el Senado, un día después de que la Cámara de Representantes le diera luz verde con 269 votos a favor y 161 en contra.

El acuerdo prevé elevar el techo de la deuda estadounidense, actualmente de 14.3 billones de dólares, en 2.4 billones más en dos tramos, lo que el gobierno considera que será suficiente para poder cumplir con sus obligaciones hasta pasadas las elecciones de noviembre de 2012, lo cual era una demanda clave del poder ejecutivo.

A la par se acordaron recortes en el presupuesto de un billón de dólares en los próximos diez años, a los que en una segunda etapa, para 2012, se añadirán otros 1.5 billones más. Para ello, se conformará una comisión parlamentaria bipartidista que decidirá en los próximos meses cómo se aplicarán dichos recortes, en los que no se excluye una reforma impositiva.

El límite del endeudamiento debía ser elevado antes de este martes para evitar que el país entrara en suspensión de pagos.

Tras la aprobación, la agencia de evaluación financiera Fitch Ratings afirmó que el plan es conforme al mantenimiento de la calificación "AAA" del país, la mejor posible.

"Un acuerdo alcanzado para elevar el techo de la deuda de Estados Unidos y conforme a la nota 'AAA', el riego de default es extremadamente débil", indicó Fitch, que se congratuló de "un paso en la buena dirección".

Sin embargo, el viernes cinco de agosto de 2011, por primera vez en la historia, la agencia Standard & Poor's rebajó la calificación de la deuda de Estados Unidos ante una creciente preocupación por su amplio déficit presupuestario.

S&P redujo la calificación en un escalón, a ´´AA+´´ con panorama de la calificación en "negativo".

Ese mismo viernes, las bolsas de valores en el mundo mostraron alta volatilidad en la sesión debido, en parte, a los temores por una baja en la calificación precisamente de Estados Unidos.

Desgraciadamente, detrás del alivio internacional por saberse la solvencia estadounidense, persisten nubarrones en el horizonte.

Los republicanos se salieron con la suya al no permitir reformas sustanciales en la tasa impositiva, que obligaría al pago de fuertes partidas tributarias a los insignes megan capitalistas del imperio.

La protección a ultranza de la libre empresa y sus ganancias brutales, no logrará mejor en mucho la crisis perpetua de la deuda pública de los Estados Unidos. Instituciones y ciudadanos gastan en demasía, ignorando la responsabilidad que debería privar en el equilibrio financiero de un mastodonte de tales dimensiones.

Aportando crédito sin moldear estrategias estructurales de larga impacto, facilitará el cumplimiento de obligaciones inmediatas, pero ata a la Presidencia a rogar nuevamente por dinero, al precio que levanten los congresistas.

Apachurrado, entre las promesas a los electores y la práctica de la política real debilitan, el presidente Obama se dirige a la disyuntiva de no lograr un segundo periodo, o bien concretarlo con una mínima independencia de los poderes reales de la Unión; esos que lo dejaron respirar un momentito.

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