lunes, 15 de agosto de 2011

ASUNTOS EXTRANJEROS: DISTURBIOS BRITÁNICOS

POR.- RAÚL GÓMEZ MIGUEL

Congruente hacia la ideología imperial que ha sustentado a lo largo de la Historia, el Reino Unido de la Gran Bretaña, a través del primer ministro británico David Cameron, afirmó el miércoles 10 de agosto de 2011, que no permitirá que una cultura del miedo se apodere de las calles del país e indicó que la policía adoptó planes de contingencia para utilizar cañones de agua para detener a los manifestantes en caso necesario.

Los disturbios en Gran Bretaña comenzaron el sábado 6 de agosto pasado, cuando una protesta, inicialmente pacífica por un tiroteo en el barrio londinense de Tottenham, degeneró en hechos de violencia. Ese enfrentamiento se transformó en un caos generalizado en Londres y en otras ciudades.

Diciendo y haciendo, la autoridad acordó que miles de refuerzos policiales patrullaran las calles londinenses. Sin embargo, al interior ciudades como Manchester y Birmingham padecieron nuevos saqueos.

Las escenas de tiendas saqueadas, automóviles quemados y edificios ennegrecidos por incendios atemorizaron y escandalizaron a los británicos justo a un año de que su país sea la sede de las Olimpiadas del 2012. Ese hecho provocó exigencias de que se produzca una respuesta más áspera por parte de las autoridades.

La demostración de fuerza parecía dar resultado: no hubo reportes de problemas importantes en Londres.

En esa aparente seguridad, el gobierno busca mecanismos incuestionables para regresar la calma al resto de la nación, independiente del costo humano que tenga para los sublevados.

Algunas personas en Gran Bretaña consideran que la crisis económica y los recortes agresivos a las prestaciones sociales constituyen una causa profunda del estallido de la violencia.

El subjefe de la oficina del Alguacil de la Ciudad de Manchester Garry Shewan indicó que los saqueos y los incendios ocurren en la ciudad a un nivel sin precedente.

"Queremos ser absolutamente claros: No tienen nada de qué protestar. No hay nada en cuestión de injusticia y no ha ocurrido una chispa de ello que haya dado inicio a todos esto",

El modus operandi es simple: cientos de jóvenes, niños incluidos, irrumpen en el centro de las ciudades, donde lanzan botellas y piedras a la policía, y destruyen comercios, al tiempo que eluden la captura.

Liverpool, Leicester, Wolverhampton, West Bromwich, Bristol y Gloucester.han padecido violentos alborotos,

La policía trató al comienzo de enfrentar la situación con tácticas ordinarias, pero los participantes en los hechos violentos han mostrado capacidad de movilizarse y reagruparse rápidamente para eludir a los uniformados.

Al comprobar que en numerosos barrios no han encontrado resistencia alguna para vaciar los comercios, los alzados se jactan de poder hacer mayores desmanes.

Sabida la contundencia gubernamental a hacer valer la ley cueste lo que cueste, es posible que los policías comiencen a usar balas de goma en contra de los agitadores, que si bien no son letales, quien las recibe muestra severos golpes.

Ese recurso se emplea aún para acallar los disturbios en Irlanda del Norte, pero nunca ha sido usado por la policía en Inglaterra.

En comunión a Francia y España, el presente británico tendrá que evaluar las razones volátiles que dotan de energía a la juventud para radicalizar posturas y reclamar la calle.

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