lunes, 1 de agosto de 2011

ASUNTOS EXTRANJEROS: BREIVIK Y EL RECURSO MÁS VIEJO

POR.- RAÚL GÓMEZ MIGUEL

Noruega no la tiene fácil. Por un lado, el mundo está pendiente del castigo que aplicará a Anders Behring Breivik por sus crímenes, y por el otro, la recuperación de la seguridad ciudadana ante la aparente sencillez en que ocurrieron sus actos terroristas.

Apegándose al script jurídico de justificar lo injustificable, Geir Lippestad, abogado del autor confeso del doble ataque de Noruega, aseguró que "todo indica" que su defendido, el ultraderechista e islamófobo Anders Behring Breivik, "está loco".

Así de simple, el defensor puso la primera barrera a derribar.

No obstante, Lippestad apuntó que "aún es demasiado pronto" para realizar cualquier valoración sobre el estado mental de su cliente y remitió a los exámenes que realizarán en los próximos días al menos dos psiquiatras.

Breivik se ve "como un guerrero" y cree que está en "estado de guerra", por lo que siente justificadas sus acciones, que ve como "necesarias", aunque "Occidente no las pueda entender", dijo.

"Espera que esto (la doble matanza del viernes) desencadene la guerra", indicó.

El abogado reiteró que su defendido afirma que su supuesta organización cuenta con "dos células" en Noruega y varias en otros países, pese a sostener que actuó en solitario en el doble atentado, que dejó 76 víctimas mortales.

Lippestad asintió al ser interrogado sobre si su cliente esperaba que estas células prosiguiesen en el futuro su trabajo.

"Su visión de la realidad es rara y es difícil de explicar" aseguró Lippestad. "Está en una burbuja".

"Odia a cualquier persona que no sea un extremista. Odia a cualquiera que sea demócrata y que defienda los valores democráticos", subrayó el abogado.

Sobre el coche bomba contra los edificios del gobierno en Oslo y el tiroteo en el campamento de las juventudes socialdemócratas (AUF), Lippestad agregó que éste "fue un ataque contra el partido laborista" (AP), en la actualidad en el gobierno.

El abogado describió a Breivik como una persona "muy fría" y "habladora" -a veces en exceso, como cuando se trata de su "manifiesto"-, y que ayer pretendía que los medios asistieran a su declaración ante el juez instructor para "explicar por qué lo hizo".

Breivik, dijo Lippestad, "no es consciente" del número de muertes que ha causado ni de los sentimientos de la sociedad noruega respecto a sus acciones.

Por último, señaló que el agresor se mostró "un poco sorprendido" de que su matanza, "planeada durante años", saliese tal y como la había planeado, pues contaba con que la policía le detuviese antes.

La aparente desconexión a la realidad no basta para explicar cómo un “alienado” logran con una precisión letal concretar la desgracia ocurrida.

Noruega podría acusar de "crímenes contra la humanidad" y condenar a 30 años de cárcel al presunto autor de estos atentados, considerados los peores ataques en este país desde la Segunda Guerra Mundial.

En definitiva, Noruega tendrá que aplicar una sanción dura para evitar que el mal ejemplo cunda y otros fanáticos estén en posibilidades de continuar la tarea “redentora” de Breivik, y darle al orbe la muestra que aun en este caso límite, el derecho puede ser un instrumento efectivo en el mantenimiento de la paz.

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