domingo, 15 de mayo de 2011

EL COCOTAZO: DE NOSTRADAMUS A NUESTROMENSO

POR.- RAÚL GÓMEZ MIGUEL

La Biblia, como cualquier otro tipo de documento religioso, tiene un carácter interpretativo y, aunque contenga principios esenciales para la humanidad, no encierra predicciones EXACTAS, a menos que el lector así lo crea, de hecatombes planetarias. Por ende, el quid de esta nota, no es el margen de irrealidad expuesto, sino el eco fatalista que lo precipita, presenta y divulga, amén de los impactos de audiencia.

Robert Fitzpatrick, jubilado de la Gran Manzana, que trabajaba en el servicio de transporte público de Nueva York, ha llenado numerosos vagones del metro neoyorquino y marquesinas de autobús con unos mil apocalípticos carteles en los que comunica a la humanidad que el día del juicio final se producirá el sábado de la próxima semana, según el Daily News, publicación que no es precisamente un baluarte del periodismo objetivo.

Fitzpatrick ha gastado unos 140 mil dólares en colocar anuncios por toda la Gran Manzana advirtiendo de que el fin del mundo acontecerá el próximo 21 de mayo, cuando está convencido de que un poderoso terremoto provocará el caos en todo el planeta, publica la prensa local.

El despliegue en los vagones del tren le ha costado alrededor de 90 mil dólares, mientras que los carteles en las marquesinas supera los 50 mil dólares, según detalla en su web el diario Daily News, que asegura que esa cantidad de dinero son los ahorros de toda la vida de este hombre de 60 años.

"¡Terremoto global! El mayor de todos los tiempos. Día del juicio final: 21 de mayo", rezan los carteles publicitarios en cuestión, que además muestran la esfera de un reloj a punto de marcar las doce sobre una fotografía de un paisaje nocturno de Jerusalén y un versículo bíblico.

Fitzpatrick está convencido de que en la medianoche del viernes 20 al sábado 21 el mundo llegará a su fin debido a la destrucción que provocará un gran terremoto que afectará a todos los rincones del planeta.

Este neoyorquino empezó a creer en la fatídica profecía cuando conoció al grupo cristiano evangélico Family Radio, cuyo pastor Harold Camping realiza predicciones usando cálculos numerológicos y asegura que quien crea en el apocalipsis y advierta de que se avecina será salvado y llevado junto a Dios.

Camping llegó a la conclusión de que el fin del mundo se producirá el 21 de mayo de 2011 tras supuestamente estudiar la Biblia y porque, según dice, es exactamente 7 mil años después de que Noé se salvara del Diluvio Universal.

"La Sagrada Biblia da más pruebas increíbles de que el 21 de mayo de 2011 es exactamente el momento del Juicio Final", cuenta la página web del grupo, que también ha colocado decenas de vallas publicitarias en otras ciudades de Estados Unidos y Canadá con la profecía.

Un ejercicio de simple lógica, piense querido lector que esos siete mil años sólo tendrían un margen de seriedad de existir una cronología incuestionable en cuanto al día, la hora, el año y el lugar exactos del evento, y no la especulación obvia de una INTERPRETACIÓN, tan válida o tan falsa como cualquiera.

No dudamos que la civilización humana y la Tierra en algún momento morirán, pero dudamos honestamente que alguien pueda deducir fielmente, partiendo de un conjunto de creencias líricas, cuando sucederá la tragedia.

Klaatu barada nikto.

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