POR.- RAÚL GÓMEZ MIGUEL
En otro momento, en otro país, la noticia sería tomada como un crecimiento de género; aquí y ahora, sólo se contempla como una estrategia para cubrir múltiples fallas y no dar una respuesta franca a las dudas dejadas por la renuncia del titular en el cargo.
El Senado de la República ratificó, con el voto en contra del Partido de la Revolución Democrática, a Marisela Morales Ibáñez como la primera mujer de la Procuradora General de la República (PGR), en sustitución del depuesto Arturo Chávez Chávez.
Con 84 votos a favor, 15 en contra y siete abstenciones, cinco de los senadores del Partido del Trabajo, y dos de las perredistas, Rosalinda Hernández y Josefina Cota, Morales Ibáñez rindió protesta en el Salón de Pleno.
El debate para elegirla se prolongó por casi dos horas y sirvió para discutir la necesidad de avanzar en la autonomía técnica del Ministerio Público de la Federación.
El presidente de la Comisión de Justicia, Alejandro González Alcocer (Partido Acción Nacional) -uno de los encargados del dictamen de elegibilidad- consideró que los razonamientos negativos de los senadores de oposición no tienen que ver con que Morales Ibáñez no cumpla con el perfil, sino con críticas a la estrategia de seguridad pública y la autonomía del Ministerio Público.
González Alcocer dijo que el PAN está dispuesto a discutir la autonomía del MP, pero con un "debate responsable y no a lo tarugo", porque se corre el riesgo crear "un monstruo propio con el que queremos acabar".
Marisela Morales Ibáñez es abogada egresada de la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
Trabajó como defensora pública y en 1993 se convirtió en agente del Ministerio Público en la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal.
Más tarde durante el sexenio foxista y en la administración de Rafael Macedo de la Concha en la Procuraduría General de la República (PGR), del 2000 al 2005, Marisela Morales fue coordinadora general de Investigación Especializada en Delitos Federales.
En dicho cargo supervisó el asesinato del cardenal Juan Jesús Posadas Ocampo y en la integración del expediente penal durante el proceso de desafuero del entonces jefe de Gobierno capitalino Andrés Manuel López Obrador.
Tras la renuncia de Noé Ramírez Mandujano como titular de la Subprocuraduría de Investigación Especializada en Delincuencia Organizada (SIEDO) en 2008, Morales Ibáñez fue designada como encargada de despacho.
Posteriormente, el 4 de agosto del mismo año, fue nombrada titular de la dependencia, convirtiéndose así en la primera mujer en ocupar un cargo en un órgano de la PGR para coordinar la lucha contra el crimen organizado.
En el Día Internacional de la Mujer fue galardonada en Estados Unidos con el Premio Internacional a las Mujeres de Valentía 2011 como reconocimiento a su liderazgo y fortaleza en la lucha contra el narcotráfico.
El premio le fue entregado de manos de la secretaria de Estado estadounidense, Hillaly Clinton, y de la primera dama, Michelle Obama.
Como en cualquier sucesión, Marisela Morales Ibáñez llega al puesto envuelta en la pésima percepción pública que ha acompañado a la Procuraduría de la República, en especial, en el rubro de seguridad, elementos letal que le ha costado la cabeza a varios de sus antecesores.
Vámonos despacio y a ver qué brinca.
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