martes, 23 de noviembre de 2010

APUNTES: A GOLPE DE YUNQUE

POR.- RAÚL GÓMEZ MIGUEL

Cualquier radicalismo es nocivo para la democracia, especialmente cuando los poderes de la Nación lo saben y dejan que crezcan a su sombra.

Con la fidelidad de la investigación El Universal dio a conocer este caso: “En una zona exclusiva de León, Guanajuato, un grupo de individuos de la derecha más radical de México, base de El Yunque, prepara un asalto: el del PAN estatal. Con dinero suficiente (del que no se conoce su origen), con alta tecnología, instalaron un bunker en calle Del Prado 103, colonia Jardines del Moral. Son adeptos del ex secretario de Gobierno, Gerardo Mosqueda Martínez. Trabajan con la base de datos de los 53 mil panistas guanajuatenses, 10 mil de ellos activos. Quieren la candidatura panista a la gubernatura del estado y trabajan día y noche para ello, cuando falta más de un año para que el PAN emita la convocatoria. Quieren desinflar a Miguel Márquez, secretario de Desarrollo Social, el favorito del gobernador Juan Manuel Oliva, y al secretario federal de Salud, José Ángel Córdova. Quieren, además, adelantarse a Fernando Torres Graciano, líder del PAN estatal, y presumen que en el Comité Ejecutivo Nacional cuentan con el apoyo de José Espino, su secretario general. La confrontación es abierta y decidida. Y están dispuestos a llegar hasta las últimas consecuencias porque después de explotar varios partidos, se han dado cuenta que Mosqueda Martínez no tiene tantos amigos como creía en la oposición, y su única vía para ganar es tomando al PAN en un juego de manos”.

Y que quede claro que desde que se ventiló públicamente la existencia de “El Yunque” no ha habido un pronunciamiento, menos una acción para desmembrarlo. Como si en los planes de la tambaleante cúpula de poder se pensará en la opción de arrastrar la República al extremo, como si las fallas de los gobernantes se pudieran saldar con cuerpos intoxicados de un credo ahistórico o fuerzas paramilitares ungidas en extraños ritos.

“El Yunque” es la síntesis al retroceso, a la barbarie política de la peor calaña, a los “iluminados” que no tienen respeto por nada que les sea diferente. Son fanáticos de un corte especial, responsables, los más encumbrados, de la realidad apocalíptica de México y, ante el temor de perder el país, conspiran para quedarse con entidades federativas casadas con la cerrazón ideológica.

No tenemos problemas con las regiones y concilios políticos, pero sí con lo que traman, sí con el malabarismo imbécil de causar daño público.

El apunte es simple. Si esto lo publica un diario nacional, ¿qué sabe la Presidencia de la República y por qué no reacciona?.

En propias palabras de Calderón, los cambios tienen riesgos, entonces ¿cuál es la razón de no arriesgarse a desmontar organizaciones semejantes al Yunque que pueblan el espectro partidista ultra?

¿A quiénes le da frío?. En una sociedad dividida, acorralada y aterrorizada es muy fácil que cualquier locura prenda, que los exaltados salgan a provocar el quiebre definitivo, pues, lejos de fortalecer a la democracia, “Yunque” y compañía descubrieron que esa forma de gobierno los lesiona y es un impedimento para la gran obra: la hora de imponer una dictadura.

Sigamos pensando que se trata de un grupo de fantoches.

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