jueves, 14 de octubre de 2010

EDITORIAL: SEXO Y CULTURA

POR.- RAÚL GÓMEZ MIGUEL

7.6% de las jóvenes de bachillerato en México se embarazaron durante el último año, y su rango de edad estuvo entre los 15 y los 19 años.

Los números fríos sólo aportan información y no una explicación cabal de las consecuencias en el corto, mediano y largo plazo para estas mujeres que tendrán que afrontar una situación posible de evitar, de haberse atendido a tiempo.

México es un país de doble moral y, por ende, por un lado pregona la educación sexual básica en las nuevas generaciones, pero el otro, usa un armatoste ideológico para enfatizar la malignidad implícita en el ejercicio de la sexualidad humana.

Las disputas públicas entre grupos de padres de familias, la iglesia católica y autoridades por la instrucción sexual en la educación media, sólo ha generado políticas conciliatorias sin resolver el problema de fondo: en tanto los mexicanos no aceptemos que el sexo es una condición ineludible del ser humano, estaremos expuestos a dramas nacidos en la intolerancia, la desinformación y el valemadrismo absoluto.

La información en torno a los anticonceptivos es mayor a la que poseían todas las generaciones anteriores. Teóricamente menos del 10% de la población nacional es analfabeta. Desde 2005, la anticoncepción de emergencia fue incluida dentro del cuadro básico de medicamentos desde 2005. Sin embargo, la tasa de mujeres embarazadas menos de 20 años se mantiene en 18%, una de cada seis, en dos decenios consecutivos.

La Secretaría de Salud asegura que 95% de las adolescentes del país conoce alguno de los muchos métodos anticonceptivos que existen. A pesar de ello 9 de cada 10 tuvieron su primera relación sexual sin protección.

Sin embargo, por esa lógica que sólo entienden los burócratas, el gobierno federal actual incrementó el gasto en la compra de condones y campañas de prevención. Nuevamente se ataca el síntoma y no la enfermedad.

¿Qué tiene de espectacular que el Secretario de Educación promueva el uso de preservativos en las preparatorias, cuando hay suficiente evidencia de una fuerte actividad sexual en las secundarias? o ¿para usar condón se requiere de una edad y una escolaridad mínima?.

Es fundamental encarar el origen de esta conducta juvenil y, para ello, los condones carecen de respuesta.

A tres años de aprobada la despenalización del aborto antes de la duodécima semana de gestación, en la red de hospitales y clínicas del gobierno de la ciudad se han practicado 39 mil 177 interrupciones legales de embarazos, lo que ha reducido significativamente la cantidad de mujeres que tenían problemas graves de salud por practicarse un aborto clandestino.

El dato no es menor, si se considera la problemática general de la concepción adolescente y la terquedad de ciertos Estados para permitir opciones menos drásticas que condenar a una jovencita a truncar su vida con una responsabilidad superior a sus preparación.

Sexismo, sentimientos malentendidos, intoxicación religiosa, irresponsabilidad, es pertinente aceptar que la falta de control anticonceptivo en las mujeres y la cobardía masculina de responder por sus actos demuestran que en este tercer milenio el atraso ancestral de nuestro pueblo en materia de escindir la reproducción y el placer, sólo generan el cuadro que se está viviendo.

Algunos hijos no son producto del amor, sino de la premura por experimentar lo "prohibido".

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