viernes, 12 de marzo de 2010

EDITORIAL: SUCEDIÓ

El jueves 11 de marzo de 2010, la Ciudad de México y su gobierno cambiaron la historia de la doble moral de un país. Legalmente y con la frente en alto, un grupo de ciudadanos y ciudadanas dijeron sí a salir del closet de la intolerancia y la cerrazón fanática, y junto a ellos una sociedad valiente en pactar una democracia real con todos los riesgos que conlleva. El matrimonio civil y la adopción entre personas del mismo sexo están en adelante amparados por las leyes, y es nuestro deber cívico oponernos a un retroceso; por encima de la preferencia sexual está el derecho de TODOS a ser felices y a hacer feliz a quien elijamos.

EL ÚLTIMO DE LOS DODOS, está enloquecidamente alegre por sus amigos y amigas GAYS que, desde ayer, cuentan con la opción de una condición jurídica impensable hace tres décadas cuando un grupo casi subversivo acostumbró a la urbe a la presencia del arcoíris hasta ganar terreno y demostrar que en eso de los sentimientos no hay nada escrito ni definitivo, sólo la imperiosa necesidad de vivirlo.

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