martes, 2 de febrero de 2010

EL COCOTAZO: JIJO DE SU

Para que luego no se diga que los DODOS nada más nos ponemos rudos por unas cuantas. Les contamos que Víctor Valencia de los Santos, exsecretario de Seguridad Pública Estatal de Chihuahua, anda en tratos con el Partido Revolucionario Institucional a ver si lo convierte en candidato a la alcaldía de Ciudad Juárez, pa’ pronto la urbe más violenta del país. Sin embargo, cada cual sus ambiciones y sus movidas, el asunto que prende es que el mentado señorete tuvo un presupuesto de mil treinta y cinco millones de morlacos, sí, leyeron bien, una bolota de dinero sólo para detener a ¡54 delincuentes! en 16 meses. Los billetes, por supuesto, nadie saben donde están pero, el Operativo Conjunto Chihuahua, que le ha ganado al gobierno de Felipe Calderón una cuota intensa de mentadas y descalificaciones, con menos dinero y tiempo, arrestó a mil 800 personas. Nada más por puritito número, se calcula la capacidad del matute para cumplir con la chamba.

Víctor Valencia de los Santos da las gracias a los intereses que lo pusieron en el mando y orgulloso acepta llevarse al tigre a su casa, creemos que la pensión es cuantiosa, y le vale madres la matanza de estudiantes del fin de semana pasado, amen de los cientos de muertes que suma el crimen organizado, y a las que ni Calderón les avienta un lazo, con eso de México es bien acá y el narcotráfico está neutralizado, según el texto propagandística que algunos japoneses despistados leyeron en Tokio.

De los Santos espera que el apellido le dé una manita y el tricolor, banderazo para quedarse con Ciudad Juárez, que necesita cualquier funcionario medianamente rendidor, no está abominable criatura producto del sistema grillo mexicano.

Sin el menor atisbo de vergüenza, el irresponsable burócrata apuesta a que consigue los votos necesarios. Que a los difuntos, los lloren sus casas, él que está vivito y coleando construye la trayectoria indispensable en estos casos.

Los DODOS deploran la agresión cobarde que propició el fallecimiento de quince personas y que puso de luto a la Universidad Autónoma de Chihuahua, El Colegio de Bachilleres y el Centro de Bachillerato Tecnológico, Industrial y de Servicio 128; y avientan cocos y cuanto proyectil esté al alcance de sus plumas a Víctor Valencia por dejar el cargo escurriendo sangre y por no haber hecho NADA a favor de la ciudadanía de Chihuahua, no obstante, su maldita ambición por ser un servidor público comprometido a la única causa que respeta: la suya.

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