sábado, 19 de diciembre de 2009

ASUNTOS EXTRANJEROS: NO DIGA CALOR HASTA QUE SE DESHAGAN LOS ICEBERGS

Por.-RAÚL GÓMEZ MIGUEL

Exactamente como el DODO ECOLÓGICO anunciaba, la semana pasada, la Cumbre de Copenhague sobre Calentamiento Climático, después de oleadas de discursos y la parafernalia diplomática tras bambalinas, queda lejos de las metas impuestas.

Los Estados Unidos y China, principales responsables de la contaminación industrial que afecta al planeta, discretamente, rodean el tema de fondo y aluden otras decisiones importantes, pero no trascendentes.

Aun si los Estados Unidos aportaran el total del fondo de 100 mil millones de dólares para ayudar a las naciones a vencer el cambio climático, sólo representaría un fuerte contraste con los 350 mil millones de dólares que le cuestan los conflictos directos de Afganistán e Irak..

China, sabiendo que no prosperará la petición, insiste en darle largas a la petición estadounidense de verificar las emisiones contaminantes en su territorio.

Hábilmente, Estados Unidos, el número dos en cuanto a la responsabilidad de emitir gases de efecto invernadero, después de China, insinúa safarse de la atención mundial con dinero y efectuar tibios contactos con los dirigentes chinos para guardar protocolo, sin tocar temas comprometedores.

El resto de los países que tienen algo que perder en un convenio internacional al respecto, han declinado suavemente estampar la poderosa en una declaración conjunta que no se apega a los intereses creados.

México, después del viaje y de gastarse los billetes públicos, salió con la promesa de trabajar en un documento vinculante a firmarse en 2010 o más tardecito, por eso de pensárselo bien y no dar paso sin guarache.

Ya como mero trámite, las delegaciones de 193 naciones redactaron borradores que den forma al texto definitivo a firmarse como cierre del encuentro.

Palabras más, palabras menos, la percepción adelantada es que se tratará de una lista de muy buenos deseos y muy pocas oportunidades.

Después de quince conferencias mundiales y de un incremento mesurable en inundaciones, olas de calor, sequías y aumento de los mares, los países no ceden prerrogativas y se juegan el futuro inmediato de la Tierra con tal de no debilitarse dentro de la Sociedad Internacional.

Para el presidente norteamericano Barack Obama el propósito de la Cumbre es apuntalar, aunque sea en el papel, un plan de acción, antes que no firmar documento alguno. Digamos que se trata de ser congruente en la prédica y flexible en el libre albedrío de la concurrencia.

China reaccionará en concordancia a su seguridad nacional, y no a la presión del orbe.

Los expertos calculan que tomando las palabras huecas de los asistentes a la Cumbre, es insuficiente en la teoría la reingeniería productiva requerida para disminuir el riesgo latente de una crisis ecológica global.

En la recta final de la Cumbre sobre el Calentamiento Global, sólo se espera la bendición divina, la fotografía del recuerdo y la invitación a otro evento internacional donde mostrar que el hombre solito se pone en la torre.

Pero, ¡viva el consumo navideño!

No hay comentarios: