sábado, 31 de octubre de 2009

EDITORIAL: LA REBELIÓN ANUNCIADA

Tal y como los Dodos lo preveían, los Senadores o Cenadores de la República fallaron a favor de la propuesta avalada por los Diputados en materia de extorsión tributaria.

Lejos de procurar el interés de la mayoría, otra vez, los señores representantes de los Estados acordaron un número circense donde el Partido Revolucionario Institucional se abstuvo de votar y dejo que la perrada hiciera de las suyas reventando el interés de la gente.

Ahora son los ciudadanos, los responsables de acatar las disposiciones fiscales de esa gentuza carente del mínimo sentido común; si de todos modos iban a cerrar filas para sangrar el pueblo, para qué tanto desplante y alboroto.

Que quede claro: los Poderes efectivos de la Federación son los únicos responsables de la cascada de las próximas protestas espontáneas y organizadas.

Darle oxígeno a la administración de Felipe Calderón es aprobarle el ejercicio impune de la imbecilidad.

El Senado tuvo una oportunidad de oro para ganarse el crédito de los electores pero les valió y ahora se atendrán a las consecuencias.

Todos Unidos Contra el Gobierno (TUCOG) recibe el aval institucional para mantenerse en activo y provocarle mayores dolores de cabeza a la ineptitud organizada por una administración perfectamente identificada con las causas contrarias al pueblo.

Los DODOS se declaran en permanente rebeldía e invitan a los ciudadanos en general a no claudicar en la oposición civil contra esa bola de kool aids que como las brujas en la oscuridad pactaron otra cruz para los ciudadanos.

Nosotros, la ciudadanía tiene la obligación histórica de oponerse al desgarriate de las instituciones y reclamar el derecho soberano en que descansa la democracia.

La invitación es a frenar con nuestros medios el desastre de un país que no merece la desfachatez de una burocracia adiestrada en ovacionar la estupidez y eludir la responsabilidad que les corresponde.

No fallan las instituciones, fallan los hombres y las mujeres, por ende, busquemos sustituirlos.

ATENTAMENTE

EL ÚLTIMO DE LOS DODOS

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