viernes, 10 de julio de 2009

MALA LECHE: No nos morimos, pero casi



Gracias por preguntar, bola de lectores gandallas. Nosotros sufriendo por el exceso democrático y ni un sólo comentario para saber sobre nuestra estado de salud. Pero así es esto de ser desagradecidos. Cumplimos el deber ciudadano, nos entintaron las alas y fuimos a comprobar la veracidad de las ofertas y regalos de establecimientos y restaurantes para los votantes ejemplares. No dejamos pasar una sola oportunidad y acabamos como el PAN, en la lona, empachados y dodando (lamentándonos en Dodo).

Durante algunos días, el Dodo Sabio, experto en medicina herbolaria, nos dio cuanto menjurje pudo, aplicó cataplasmas de hierbas extrañas -sacadas de la cocina de la redacción Dodo- y chiqueadores de fibra de coco, logrando una sustancial mejoría como para regresarnos al trabajo y ponernos al día en Mala Leche, ente la mirada reprobatoria del El Último de los Dodos por no acatar la voz del sentido Dodo.

Por momentos, nos íbamos siguiendo el espíritu de Michael Jackson y, en nuestro delirio, bailábamos la caminata lunar y los giros del rey del guante blanco. En otros veíamos a Germán Martínez convertido en el próximo presidente de México. Luego Salinas nos jalaba las patas mientras recitaba capítulos de su último libro. No faltaron, los ecos del Peje y Juanito repartiéndose el triunfo en Iztapalapa.

Tambaleantes, recibimos la noticia del regreso del PRI y pensamos en una afección neurológica. Sin embargo, el Dodo Despistado nos explicó la triste realidad. El 5 de julio fue la noche de los Dinos Vivientes. Una pesadilla en cinemascope y sonido “THX” suficiente para tumbar al mejor plantado.

No entendíamos nada de la crisis en Honduras y las negociaciones en Costa Rica, y el regreso o no. Un merequetengue sabroso, tropical y totalmente bananero de cercano final.

Convalecientes, los asesinatos de la Parkita y el Espectrito Jr. removieron el refrán del crecimiento de los enanos y las relaciones peligrosas.

Redecoraron el blog, ahora pueden calificar el trabajo, no obstante, para quienes no les gusten los escritos no hay de otra: o nos dejan recado o comentan, es decir, escriben y serán leídos. El asunto no es tan fácil.

Quizás nuestra ausencia no fue percibida. Quizás sus múltiples ocupaciones les impidieron indagar nuestro paradero. Quizás se emocionaron con el desempeño futbolístico de la Selección Nacional. Quizás no superan la partida de Farrah Fawcett. Quizás. Quizás. Quizás.

Pero, amigos y no tanto, henos aquí. Aun resintiendo retorcijones traicioneros y rápidas escapadas al baño, a dieta blanda y a prohibición de alimentos peligrosos. Los Dodos no somos fáciles de matar y nuestro plumaje no se arruga. Regresemos de la luz al final del túnel, acompañados de nuevos bríos, de un refinamiento en nuestra alma malora y listos a ejercer el derecho de crítica a la vieja y neo grilla nacional, a los partidos pagadores de votos (mil morlacos por cholla), a los cacomiztles investidos de patriotismo y a todas las alimañas nocivas de ultra reconocido prestigio.

Aparecemos recargados, armados y peligrosos. Ya no haremos caso de la tentación gastronómica o el canto de las cocineras. Seremos medidos en el comer y el beber. No vuelve a suceder. Mala Leche está de pata tipo estatua de santito.

Atentamente

Los Dodos de la Mala Leche y de Humor Negro (reloaded)



NOTA DE LA REDACCIÓN: Así se veían, el uno al otro, los Dodos enfermos.

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