miércoles, 8 de julio de 2009

HONORIS DODO: Amores de segunda mano

TOMADO DEL BLOG CRÓNICAS IN SITU

NOTA DE LA REDACCIÓN DODO: Nos hemos tomado la libertad, en el más puro estilo Dodo, de traernos un texto escrito en un blog, responsabilidad de un Dodo Fundador, más que honorario, que se inicia en la reseña literaria con bastante tino y gusto. Esperamos que nuestros lectores tengan a bien conocer su página y disfrutar de una lectura breve y enriquecedora.



Amores de segunda mano
Serna, Enrique.

Después de leer los cuentos que Enrique Serna en sus Amores de segunda mano, hoy comprendo que en estos tiempos donde el amor parece que es un bien intangible de lujo. Nadie estamos exentos de ser “el amor de segunda mano”.

Por qué si lo tenemos en las manos, lo abrazamos, lo sentimos, disfrutamos y lo vivimos, llega el punto donde no es suficiente. ¿Qué es lo que le falta a una relación para ser plena? Podemos ser amantes de la pareja (amante es el que ama). Pero nos empeñamos en complicar las cosas y volverlas imposibles.

Enrique Serna nos muestra once cuentos (Amor propio, Coleccionista de culpas, La ùltima vista, La noche ajena, son algunos de sus cuentos). Donde todo puede pasar y todo es posible. En todos los niveles sociales, ciudades y comunidades. El amor siempre será el mismo y recordando el título de aquel libro de Paco I. Taibo II, tal parece que en este juego del amor No habrá final feliz.

Desgarradores, irónicos, tristes, vengativos, exhibicionistas y auténticos como cada ser humano y relación lo es, estos Amores de segunda mano son unos excelentes compañeros para vivir en la vida de otros (aunque sea en papel) las tragedias que las relaciones frustradas, complejas, imposibles e insatisfechas existen.

Un amor clandestino, ilícito, sucio, perverso y profano, así catalogo a este libro. Después de haberlo disfrutado letra a letra, hoy se que he sido un amor de segunda mano y he tenido mis amores de segunda mano.

Amores de segunda mano es la fascinación por estos raros y atroces individuos que se arrojan sin cortapisas al momento extremo en que la vida se afirma cuando literalmente se derrumba.
- Roberto Pliego-

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