martes, 7 de julio de 2009

FUCHO: EL OCASO DE UN GIGANTE

POR: EL DODO PAMBOLERO

Sufriendo las inclemencias del tiempo y velando el ejercicio de la democracia en una casilla electoral, acompañado de una radio y un par de audífonos, escuché la narración del partido de la Decepción Nacional contra la Selección de fútbol de Nicaragua, terminado en dos goles a favor de los ratones verdes y cero tantos para los centroamericanos.

La verdad, pensé en una goleada y no en un subibaja de tensión por la imposibilidad de la delantera tricolor de mostrar la valía, haciéndose grande e impulsando un renacimiento de esperanza en la afición. Lejos de mejorar, el esquema integral del entrenador Aguirre es indigno aun en las ligas llaneras del país.

Es impensable un equipo sin delantera, sin ataque y sin anotaciones contundentes. Aguirre no acaba de moldear una formación base y eficiente. Cambia y recambia jugadores, y nada. La verde está en el hoyo. Aun para adormecer al pueblo se necesita garra, corazón y triunfos inspiradores.

Los puntos ganados en un torneo segundón no sirven para devolver el alma a los patrocinadores y a la Federación Mexicana correspondiente. Si jugando a un nivel básico, los seleccionados mexicanos pasan las de Caín; enfrentando a Selecciones menos a modo, el cobre va a deslumbrar.

Si no por profesionalismo, sí por billetes, los dones de la lana deben de hablar recio y no perder una de las franquicias deportivas de mayor arraigo en este lado de los trópicos. A la Selección todos deseamos verla ganar, pero no en aprietos y altas dosis de buenaventura divina; no: como un equipo de hombres y no de payasos.

No hay comentarios: