jueves, 4 de junio de 2009

MARASSA: DÍA DEL PADRE

HAZLO FELIZ AUNQUE TE HAGAS PEDAZOS
Por: Ana Laura Domínguez


Sin distingo de sexo, edad, mes y sobre todo bolsillo, el consumismo va por todos. No perdona. Y además en estas fechas, ¿cómo negarse si es tan lindo, condescendiente, amoroso y protector? Bueno, alguno y a veces.

Por lo menos que un día al año, les toque algo “bueno” a los padres. No importa si tenemos que empeñar hasta la camisa para comprar otra, pero nueva y a su medida o ya de menos, la típica corbata psicodélica que no se va a poner nunca porque no es su estilo o porque de plano ni corbata usa. Todo eso no interesa. Es mi padre. Es el día del padre, por lo tanto, su día.

Los niveles de consumismo rebasan por mucho los niveles socio-económicos, las clases sociales, las edades inclusive. No importa cuántos años tengas y qué hayas logrado en tu vida, ellos siguen siendo los “manda más”, los jefes, tus papás, así que hay que planchar tarjeta o sacar el efectivo que se tenga y si eres peque, pedirle un préstamo a tu madre.

Otra terrible cara del consumismo es tener que aplicarlo no sólo en temporada de crisis, sino en los días que están marcados en el calendario por capricho humano y mercadológico. Comprar, regalar y recibir es encantador, no hay duda. No conozco a nadie que no le guste abrir un regalo e inclusive, a una persona que no se sienta plenamente feliz cuando está comprando algo para alguien que ama. Lo nefasto es “TENER QUE REGALAR” porque es un día especial.

El bombardeo de los anuncios publicitarios no es tan agresivo como en el día de las madres por ejemplo, pero no por ello, resulta menos efectivo. Los productos varoniles de “X” cantidad de marcas, circulan a diario por todos los medios publicitarios habidos y por haber desde hace poco más de quince días, todo con la finalidad de que nos vayamos preparando para las compras.

Los mensajes ventilan no sólo el consumismo innecesario de la época y la agonía neuronal de sus creadores, sino que dejan al descubierto las conciencias intranquilas de los hijos indecisos e insatisfechos, que no saben qué regalar o, si regalar algo.

Durante años, los semi-dueños de las mentecitas se han roto la suya para tratar de evocar los más dulces recuerdos de nuestra niñez, todo con la finalidad de que, llegada la hora, estemos listos para ser condescendientes, apapachadores y sobre todo, gastalones. No es necesario quebrarse tanto la cabeza ni quemar neuronas… los mensajes siempre serán los mismos, porque el sentimiento también lo es.

“Regale afecto no lo compre”… por un lado a Dios gracias y por otro, tal vez mala onda que ya no existan esos anuncios. Eran funestos, pero muy ciertos.

Si quieres regalarle algo a alguien, simplemente hazlo. No esperes una fecha especial. Hasta los cumpleaños resultan comprometedores.

De cualquier forma, el consumismo hará de las suyas en estos días de calendario obligatorio. Ahora bien, viendo el asunto desde otra óptica, en estos momentos puede resultar un reactivador económico para las tiendas departamentales y las plazas comerciales, lo cual no suena nada mal. A pesar de que la mayoría de la ciudadanía se encuentra en una situación bastante precaria en cuanto al dinero se refiere, este tipo de acontecimientos no siempre es tan perjudicial. Aquí lo importante, es saber qué regalar y hasta a qué lugar ir a festejar.

En fin, que todavía estamos a tiempo (por lo menos nos queda una quincena), para ir juntando algún dinerito para la celebración del tercer domingo del mes de junio. Al igual que el 10 de mayo, para la mayoría de las personas resulta una fecha importante y de igual forma, el “mensaje oculto” de todo esto debiera también de ser el mismo: festejar al padre, la madre, la abuela, el novio o a quien sea, los 365 del año y dar un obsequio en un día “x”. Ésos saben mucho mejor y cuestan muchísimo menos.

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