lunes, 1 de junio de 2009

MALA LECHE: RUEGA POR NOSOTROS

Estamos fritos. De un salto a la mitad del foro, olvidándose del mínimo decoro, la Iglesia Católica Mexicana tuvo la puntada de amenazar al aire que si las autoridades laicas insistían en callarla, las próximas elecciones serían un fracaso, es decir, que nada de juarismo a destiempo, los representantes de Dios tiene la última palabra y habilidades mágicas para alentar el voto y orientar el espíritu democrático.

Precisamente que una institución tan honorable como la Iglesia que posee vínculos con una gama extraordinaria de ciudadanos rectos entre los que figuran: los rancios empresarios trinqueteros, conservadores fanáticos pro vida, jefazos del crimen organizado, políticos juramentados en oscuros cultos apantalla idiotas, libertinos sexuales, apóstatas de closet y prelados reencarnados en el oscurantismo medieval, venga a reclamar su derecho a la participación electoral, so pena de soltarnos a los diablos del abstencionismo, invita a la carcajada plena, franca y totalmente mala leche.

Los curas están encargados de otras misiones colectivas que están fuera de la mortalidad y que se suponen ayudan a los seres humanos a la comprensión de los grandes misterios de Dios, no a andarle apostando a los candidatos y a los partidos del César venido a panista, que ya no atina y que por ello hasta saca del cementerio a Santiago Creel a ver si da la nota conveniente.

El disparate eclesiástico está fuera de lugar en una sociedad que se debate entre la ortodoxia creyente o la libre mezcla de credos, incluso, antagónicos. Pensemos en esos chavales que se adornan de san juditas y se tatúan a la muerte para completar la protección total, el círculo bendito. Ahora ponga a los sacerdotes que desean participar políticamente como tales, no como ciudadanos, es decir, en bloque y no en apego a la convicción del libre pensamiento, y la combinación apestará a azufre.

Es un hecho más que comprobado que el catolicismo mundial no está en sus mejores épocas y que los siglos le empiezan a pasar la factura.

Las desafortunadas posturas contra el aborto, la diversidad sexual, las innovaciones científicas – tecnológicas en materia de vida le enviaron mensajes poco apropiados a los creyentes que enfrentan esas realidades que les hace observar a otros credo menos "fervorosos".

Y no toquemos materias de celibato y delitos sexuales bajos las sotanas por que el saldo es adverso, desde la óptica elemental de la legalidad y la legitimidad que sustentan las sociedades actuales.

No es integrando a la casta sacerdotal como la democracia mexicana dará el campanazo. Honestamente su distancia o ausencia son más benéficas que sus sermones domingueros que luego muestran la divisa de partido y el interés mundano del predicador, que en las mentes dóciles inyecta el virus del acarreo y el berrido crónico.

No en balde Jesús, pretexto de tanto fósil oportunista, fue en claro en diferenciar los asuntos de Dios con los del poder temporal. Por algo sería.

Bastante tenemos los ciudadanos con lidiar grillos de cuellos blanco o medio prietos como para darles sus escobazos a los buitres que en los aleluyas incitan al retroceso de la libertad ganada por nuestros antepasados en los siglos XIX y XX. ¡No!. La creencia espiritual es una y la ciudadana otra. Punto.

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