viernes, 5 de junio de 2009

MALA LECHE: Momentos Chelelos de la seudo propaganda política mexicana

El comercial de televisión donde una niña y un pastel promueven la personalidad política del Partido de la Revolución Democrática.

El anuncio televisivo en que Jesús Ortega, líder del PRD, explica a la niña del pastel cómo se puede salvar a la patria con cuadernos y lápices hechos por mexicanos.

La convocatoria mediática del luchador profesional El Místico para unir al pueblo en apoyo del Partido Acción Nacional y su Jefe, el Presidente Felipe Calderón, en contra las fuerzas siniestras que quieren destruir a los buenos conservadores.

La villana de telenovelas, Lilia Aragón, poniendo tono de advertencia y afirmando que el Partido Revolucionario Institucional no responderá a las provocaciones.

La estrategia proselitista basada en el argumento “Voten por él, que yo lo conozco” o algo así como “Es chido porque es mi cuate”.

La serie de spots de televisión, copia fiel del culebrón, Mujer, casos de la vida real, donde el salvador de los pobres es Andrés Manuel López Obrador.

Los baños de pueblo de Guadalupe Loaeza y Ana Gabriela Guevara para pelear el hueso.

La obsesión por los vales que dará el Gobierno con el dinero de los contribuyentes para medicinas, idiomas, estudios y cuanta necesidad tenga gente que siquiera conocemos y que, obviamente, no pagará el Partido Verde.

La preservación de la vida de los animalitos y las plantitas del bosque y la exigencia de la pena de muerte para delincuentes y secuestradores, según lo pregonan los ecologistas.

El otorgamiento de medallas a los jugadores del equipo de fútbol de la Universidad Nacional Autónoma de México por ser campeones de liguilla, después de una de las peores finales que se recuerden, con un Marcelo Ebrard enchamarrado de azul y oro, dando goyas como poseso.

La advertencia del IFE para que los ciudadanos no vendan su voto por frijoles y arroz, suponemos que por una lana sí se vale.

Los candidatos que sólo usan su cara sin propuesta alguna para convencer al electorado de que es el bueno.

El pago a equipos de producción e información de televisiones privadas para que sigan a todas partes a los Notables del Partido favorito de los dueños.

El cabildeo de Televisa para colocar actrices venidas a menos como primeras damas, consortes o acompañantes de la casta divina de la grilla autóctona.

Las camionetas “sonideras” que despiertan a mi sobrino bebé todas las mañanas muy temprano con slogans a ritmo de cumbia.
Los probos candidatos que se dan a conocer por no pagar facturas de mantas, videos y otros elementos de campaña y que hablan de rectitud, compromiso y honorabilidad.

Las encuestas que ubican el interés de quien se mocha para poner a los partidos en los lugares de su agrado.

La negación del Gobierno Panista de que sus acciones exageradas no obedecen a fines electorales.

El multifacético "Kaguachi" (pa' los cuates) metido a Mago de los sueños de los niños de la calle que sacan diez y son escoltas del lábaro patrio.

La niña del pastel ahora metida a directora de comerciales de televisión, a ver si con sus indicaciones los candidatos del sol azteca calientan un poco.

El recurso medio carón de vender revistas de chismes del espectáculo con inserciones electoreras a cargo de "consagrados" ídolos de la pantalla chica.

Falseamiento de la información de acuerdo a la filial política del medio y la línea editorial de los señores del capital dirigido a confundir más (si eso se puede) a una audiencia molesta de leer siempre los mismos boletines.

Sorprendentes coincidencias en las que candidotes políticos aparecen en eventos deportivos y hacen declaraciones bienvenidas al caso y que ocasionan el enojo de los aficionados que sólo buscan divertirse sanamente.

La campaña del no voto entendida como amenaza a la democracia, y no como hartazgo del ciudadano por organismos obsoletos, mamilas y bicicleteros.

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