lunes, 18 de mayo de 2009

MALA LECHE: CORREN LOS CABALLITOS

Y arrancaron. En la franca carcajada y el ridículo inherente a estos menesteres, candidatos y candidotes salieron destapados a conseguir el voto mínimo de los indecisos. Recurriendo a las recetas primitivas del acarreo, la no logística y el instinto casi animal, todos los partidos se olvidaron del protocolo y dejaron que las personalidades vernáculas de los contendientes facilitaran la nota.

Largas semanas de preparación, más sobre la marcha que en un esquema de mercadotecnia política y propaganda real, explotaron en un caudal de curiosidades autóctonas: el grillo deportista dándole vueltas a un parque, la señorita atractivona proponiendo estupideces ejemplares, el nexo de sangre, el sello de familia, las palancas y los contra pesos; todo por estar en la fotografía y el boletín, pagado a los siniestros habitantes de los calabozos de las redacciones, según la tarifa del monstruo.

Los comerciales hechos en masa; las agendas rotativas: hoy está la derecha, mañana la izquierda, pasado, el centro, y volvemos a empezar; los ojos humedecidos de los patriarcas de los clanes y el cinismo de hacer todo por México, por los que menos tienen y por que la democracia crezca (o sea que indirectamente se reconoce que es una bebita regordeta y dependiente que todavía no camina).

Los asesores y coordinadores de las campañas también se apuntan en las preferencias, yendo y viniendo con directrices que se ocurren al viento o que el personaje no pela; están cargando la responsabilidad de la Patria, unos con pagos por adelantado y otros con las promesas que si se gane, se come. Sin menospreciar el eterno agradecimiento del pueblo que es a quien se deben.

Los padrinos están impacientes y ejercen el poder real: tú vas, tú a la próxima. La orden es directa e incuestionable. Ellos ponen lo indispensable hasta las relajadoras y los relajadores sensuales que disminuyan la tensión de sus gallos y gallinas. Los tributos vendrán después, es fundamental invertir ahora para que no se les asuste el cacareo.

A las claras, la coincidencia en la salida de emergencia es sospechosa: “tememos un fuerte abstencionismo”. Y como no, sí la caballada está flaca y los slogans peor. No hablemos de la publicidad empresa. ¿Quién émulo del Guasón les diseña bromas tan macabras? Si de por sí, algunos poseen un físico de habitante onírico, se les agrega la foto inconveniente, la tipografía estándar y el acabado yesero.

Completando la valentía o la locura incontrolable, la alta tecnología se “agrilla” y la Web es el nuevo espacio de la polaca pueblerina. Páginas, sitios, cadenas, correo, difunden mensajes que los versados obstaculizan o eliminan, pues, si con los medios convencionales nada más no elevan, con las campañas de 360 grados destilan la rusticidad del nuevo rico.

En las semanas por venir estaremos divertidos por el desfiguro público de estos personajes que asumen una personalidad que no les va y creen a pies juntos que son los salvadores de su trasero. Si no fuera por la cantidad de recursos financieros desperdiciados, la variedad sería perfecta. No obstante, el impuesto paga y no ganará nada que no sea el oprobio y el olvido de los vívales, además del derroche tirado literalmente a la basura.

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